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Los fragmentos de nuestra historia se hallan diseminados en multitud de espacios que ni imaginamos: arquitectura, lenguaje, decoración e, incluso, cómics. «Noche negra en Brest« relata un episodio controvertido de la guerra civil española.

Aproximadamente 5.000 refugiados españoles llegaron en 1937 a las costas francesas huyendo de las consecuencias de la guerra civil, dejando a Francia en una posición delicada pues no quería relacionarse con el conflicto.

Europa entera tenía un ojo puesto en el conflicto y las implicaciones políticas y sociales que ello conllevaba. Se considera a la guerra civil española como el preludio de la Segunda Guerra Mundial, donde no solo se probó material militar, sino que también se consolidaron las futuras relaciones bélicas. Cualquier movimiento parecía quebrar la frágil paz que Inglaterra y Francia deseaban mantener con Alemania.

Se acercaba el final de la guerra civil…

En el verano de 1937, el norte de España comenzaba a caer frente al paso del bando nacional. Bilbao cayó en junio y Santander un mes después. Dos submarinos que operaban bajo el bando republicano consiguieron escapar tras evacuar a civiles y autoridades hasta Gijón, pero sufrieron daños, por lo que tuvieron que emprender la marcha y huir a puertos internacionales.

El que nos interesa especialmente es el submarino C-2 que atracó en Brest y sobre el que cuya historia os traemos un espectacular cómic.

Submarino republicano C-2 atracado en Brest
Submarino C-2

El submarino C-2 llega a Francia de forma ilegal

El C-2, comandado por el teniente de navío José Ferrando Talayero, protagonizó un episodio casi peliculero en el tiempo que estuvo en el puerto. Llegó de noche, sin autorización francesa y desconociendo el peligro que emergía en ese precioso pueblo costero de Brest.

El espionaje franquista ya se encontraba en Francia analizando las diferentes posiciones y no tardó en averiguar que uno de los submarinos republicanos había llegado a sus costas. En poco tiempo, se organizó una operación bajo el mando del capitán Troncoso, quien buscaba la manera de rendir el submarino desde dentro, es decir, bajo un motín.

El teniente Ferrando estaba en su punto de mira ya que, al ser de Cartagena, se le conocía como poco afín a los ideales republicanos y por ello era considerado más “accesible”. En el grupo de Troncoso se encuentran también a los marqueses de Linares y Miravalles, ultraderechistas franceses y partidarios franquistas. Fue necesaria la implicación de “la bella Mingua”, una mujer fatal italoespañola que reparte pasquines a los tripulantes prometiendo inmunidad y dinero para terminar de convencer al teniente Ferrando de que podría ser conveniente cambiar de bando.

Día clave: 18 de septiembre

Sugiere el 18 de septiembre como día clave para el ataque, cuando la mayoría de sus hombres estarán de permiso.

Sin embargo, no son los únicos que vigilan desde las sombras. La CNT también vigila los movimientos de sus adversarios y sus amigos. Por lo que, temiendo un motín, infiltran a varios de sus hombres y contactan con aquellos marineros considerados “de fiar”.

La historia en Brest que inspiró a Gourlay

Mujeres fatales, traidores, falangistas, ministros, espías, marineros, el recuerdo y temor por la familia en el territorio equivocado… Nada le falta a esta historia real que mantienen España y Francia entre sus capítulos más curiosos de la historia reciente. Fue especialmente significativo para la ciudad de Brest, que se hizo eco del suceso incluso en países vecinos. De ahí surgió el libro del escritor bretón Patrick Gourlay, Nuit franquista sur Brest. Quien supo del suceso por una simple referencia que le impulsó a querer saber más e investigar.

En apenas 20 días, los infiltrados franquistas se organizaron para intentar hacerse con la nave. Provocando, quizá, el primer movimiento político francés que se hizo eco hasta la Segunda Guerra Mundial. Pero que todo lo que sucedió tras la entrada de Francia en esta gran guerra enterró entre otros acontecimientos históricos.

El C-2, símbolo de resistencia

Como bien se recoge en periódicos de la época y registros históricos, el golpe fracasó y el C-2 consiguió mantenerse fuera del alcance franquista. Los implicados se dieron a la fuga, pero solo unos pocos lograron cruzar la frontera española, incluido Troncoso que escapó escondido en el maletero del embajador de Argentina. El teniente Ferrando, entre otros, fue arrestado por la policía francesa.

Entonces, queriendo valerse de su posición y mando, Troncoso avisa desde Irún que irá a Francia a liberar a sus hombres, pero para su sorpresa fue arrestado nada más llegar por orden del ministro del interior, Marx Dormoy.

Castillo de Brest, junto con su muralla, en Francia.
Castillo de Brest, Francia

La detención puso al descubierto el pensamiento oficial del gobierno francés en cuanto a la guerra civil española y, por consiguiente, también a la política europea. A pesar de las amenazas, el cierre de fronteras con España y las diferentes opiniones dentro del propio gobierno francés, los detenidos fueron juzgados y condenados el 22 de marzo de 1938 por tenencia de armas en suelo francés.

Aún hoy lo recuerdan los residentes en Brest

No se hace mención a la toma del submarino ya que se considera “asunto entre españoles”. La condena fue de pocos días ya que llevaban retenidos varios meses. Troncoso volvió a España una semana después, participando activamente en la guerra civil y, más adelante, en curiosos puestos dentro de la sociedad franquista.

En cuanto a Brest, todavía se sigue percibiendo en sus calles y en sus habitantes al submarino español y sus navegantes. Mientras España, Francia, comunistas, franquistas, anarquistas, republicanos y fascistas se daban “de tortas” por el asunto, la ciudad de Brest se unió para intentar proteger al submarino de más ataques, velando por su seguridad en todo momento hasta que el asunto quedó finalmente resuelto.

Hoy día se siguen recordando a los parientes que cuidaron de este aparato de metal que tanta turbación causó en su pintoresco puerto. Al final, las grandes historias son el conjunto de pequeñas historias personales que le dan el color que les falta a las grandes.

El origen de «Noche negra en Brest»

Y de este color, personalidad, historia y curiosidad es de lo que viene impregnado Noche negra en Brest. Realizado por Damien Cuvillier, Bertrand Galic y Kris, este cómic tiene todo lo bueno de mezclar la ficción con un hecho histórico: que no puedes dejar de leer.

La madrugada del 29 de agosto, algo surge desde las profundidades del mar y llega hasta el puerto de la ciudad francesa de Brest. Un submarino proveniente del país vecino necesita ayuda, pero esa ayuda puede salir muy cara para todos pues un simple gesto puede significar perder a un “amigo”. Francia lo sabe, y España también. Sin embargo, lejos de todo ese ajetreo y sudor burocrático, Brest parece ser un idílico lugar donde despreocuparse de todo. ¿Seguro? Ten cuidado, las sombras crecen y las paredes oyen.

Si quieres saber más sobre esa oscura noche en Brest y sus ejecutores, consigue Noche negra en Brest.

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