Hijos de la Alhambra ha suscitado el interés por las antiguas leyendas granadinas y mozárabes referentes a la Alhambra. Una de las leyendas más famosas y sangrientas es el crimen de los Abencerrajes.
El sultán nazarí, Abu Abd Allah Muhamad, el rey Boabdil, encargó matar, en el corazón de la Alhambra, a varios miembros del ilustre linaje de los Abencerrajes, cuyo nombre tomará la sala donde fueron ejecutados en la Alhambra. Pero, ¿qué parte de realidad y de ficción hay en esta historia?
El crimen de los Abencerrajes
Se prepara la traición
Esta historia aparece en la primera parte de las Guerras civiles de Granada, una novela publicada en 1595 por Ginés Pérez de Hita. La novelacomienza con los preparativos del ataque a la plaza cristiana de Jaén, adonde se dirigen el Rey Chico – el rey Boadbil – y su hermano Muza junto a miembros de varios bandos, entre ellos «160 caballeros Abencerrajes, y otros tantos Alabeces; caballeros muy escogidos, y con ellos todos los Venegas», además de «caballeros Zegríes, y Gomeles, y Mazas».
En la batalla, los musulmanes son derrotados y solo «el valor de los Abencerrajes y Alabeces» evita que acaben completamente vencidos. Tras esto, el sultán decide retirarse a descansar, y con él fueron Zegríes y Gomeles. Entonces la traición se pone en marcha.
Un zegrí –bando enemistado con los Abencerrajes- le dice al rey Boabdil que los cristianos fueron más valerosos que los Abencerrajes. Boadbil defiende a estos últimos, pero el Zegrí responde que son traidores a la Corona y le recomienda desconfiar de ellos.
Consumada la traición, tras la insistencia del Zegrí en la conspiración de los Abencerrajes, el rey Boadbil decide que «han de morir los Abencerrajes…». Decide llamar a los Abencerrajes al patio de los Leones de la Alhambra para degollarlos uno a uno, con objeto de no despertar suspicacias e impedir que reciban auxilio.
El día de la matanza
El rey se dirige al patio de los Leones, donde lo esperan el Zegrí, 30 caballeros afines y un verdugo. Un paje llama a Abencarrax, alguacil mayor del reino, que rápidamente es degollado. Y así, «sin que nadie lo supiera», mueren 36 Abencerrajes.
Pero no todos sucumben: un paje junto a ilustres miembros de otros linajes, logra salvar la vida de más de 200 Abencerrajes. La noticia del sangriento complot se extiende por Granada y estalla una sublevación popular al grito de: «Traición, traición, que el rey ha muerto los caballeros Abencerrajes. Muera el rey, muera el rey: no queremos rey traidor».
En ese momento el rey Muley Hacén, padre de Boabdil, se pone de parte de los Abencerrajes con el apoyo de parte de la población. También Muza, hermano de Boadbil, con su actitud diplomática consigue calmar los ánimos de la población enfurecida.
Veracidad histórica del crimen
Para algunos especialistas, los Abencerrajes fueron los principales instigadores de las intrigas políticas de su tiempo.
- Para el historiador y arabista Luis Seco de Lucena, ejercían el liderazgo en la vida política de la Granada nazarí, que estaría marcada por las luchas de bandos nobiliarios.
- En opinión de la historiadora francesa Rachel Arié, estudiosa de al-Andalus, sus actividades políticas arruinaron el emirato granadino.
- Según el historiador Francisco Vidal Castro, con la llegada al poder de Muhammad IX, candidato de los Abencerrajes, comenzó «una etapa de continuos derrocamientos, sublevaciones, asesinatos, encarcelamientos de sultanes e inestabilidad política que sumió a Granada en una permanente crisis del gobierno».
Así, pues, los Abencerrajes no consiguen librarse de su responsabilidad en la ruina del reino nazarí. Ciertos hechos pudieron inspirar a la novela de Pérez de Hita, así como otro relatos. Sin embargo, no se puede confirmar la veracidad de la masacre alhambreña.
Las manchas rojas de la sala de los Abencerrajes
Esta leyenda sigue presente en la imaginación colectiva debido a los presuntos restos de sangre en la taza de la sala de los Abencerrajes. Pervive hasta el siglo XX gracias a la novela de Pérez de Hita y su peso en la reconstrucción de la historia nazarí.
Discurre en paralelo a las novelas y comedias «moriscas» del Siglo de Oro, cuyos autores idealizaban el pasado hispanoárabe para ensalzar la noción del «buen musulmán». Así, los Abencerrajes se convirtieron en paradigma de las virtudes caballerescas: galante, liberal, bravo, gentil y leal.
Dichas obras tuvieron gran difusión entre los lectores europeos deseosos de mitificaciones hasta llegar a la imagen más universal de la Granada musulmana bajo el filtro de los viajeros en época del Romanticismo.
Washington Irving llegó a Granada.
En la primavera de 1829, el escritor Washington Irving llegó a Granada, donde se alojó en una Alhambra entonces sumida en el abandono. Esa estancia se encuentra hoy día y se puede visitar en los recorridos turísticos de la Alhambra.
Sus charlas con los habitantes de la ciudad y de los antiguos palacios de los soberanos nazaríes le sirvieron para crear sus Cuentos de la Alhambra,en los que no podía faltar la reconocida leyenda de los Abencerrajes. Sus relatos contribuyeron a avivar el interés de los románticos por una Alhambra exótica y oriental.
Paco Roca se inspiró en Cuentos de la Alhambra de Washington Irving
Gracias a la obra de Irving, numerosos artistas, escritores, curiosos y viajeros llegaron hasta la Alhambra en busca de inspiración, magia y fantasmas, como también de las riquezas que se escondían en sus muros en forma de valiosos azulejos, esculturas o relieves.
Uno de ellos será Alexander Ícaro, el protagonista de Hijos de la Alhambra. Pintor inglés que decide darle un cambio de aires a su estrecha vida en Inglaterra y ser uno de los que marchan al exótico sur en busca de un buen paisaje que le inspire. Sin saberlo, encontrará algo mucho más que eso durante sus andanzas.