Frankman Román nació y creció en la edad de oro de los cartoon de televisión. Empapándose desde pequeño con las series de Batman, Spider-Man, Cazafantasmas, Tortugas Ninja… tuvo claro ya entonces que algún día formaría parte de todo ese mundo.
Se crió, como todo buen hijo de la Ñ, con los cómics de Mortadelo y Filemón que heredaba, y se enamoró del olor de las páginas que devoraba con avidez. Después descubrió que los X-Men no solamente vivían en la televisión, y gracias a un número Giant-Size 1 de los mutantes, que aún guarda como oro en paño, se dio cuenta de que su sueño estaba en los lápices. Desde entonces no solo deseó dibujar uno, sino que empezó su faceta de coleccionista de cómics, con especial amor al género negro y terrorífico.
Autodidacta en todos los aspectos, Frankman leyó y practicó año tras año, dividiendo dibujar y respirar con la misma importancia.
Graduado en Criminología y detective privado de profesión, no descuidó la parte artística, y consiguió meter cabeza en el mundo del cine, trabajando durante años de actor, productor, operador de cámara, de sonido, storyboarder, guionista e incluso director con su cortometraje “Parchís (v.o.)”. Aprendió el lenguaje de la imagen, de los tiros de cámara, la teoría del color, y la importancia de la transmisión visual, especialmente en cortometrajes como “Proyecto Gnat-Man” de Javier de Laguno, “No” de Adrián Vereda, o viendo trabajar a directores como Rodrigo Cortés o Jaime Ordóñez. Todo ello de cara a prepararse para su objetivo real… el cómic.
En el mundo de la ilustración, ha participado en múltiples proyectos, entre los que destacan “The Hot Dog”, un motion cómic, escrito, dirigido y dibujado por él mismo; o “Rock ‘n’ Colors, volúmenes 1,3 y 4” de Ana Ramos, entre otros.
‘Desbordado en su mente por historias infinitas que verán la luz tarde o temprano’, como él mismo afirma sobre sus ideas para cómics futuros, Frankman encontró en un caso real vivido por él mismo como detective privado la trama idónea para su primera obra con control creativo total: “File Number – Las sombras de Board Hills”, el cual despertaba el interés de todo aquel al que se lo narraba.
Frankman reside actualmente en Málaga, maquinando sus siguientes proyectos sin descanso, rodeado de pilas de cómics de todo tipo y de probablemente demasiados perros, a los que ama con locura.